La teledetección se define como la capacidad para obtener información de un objeto a distancia, sin mantener contacto físico con él. Sin embargo, esta definición general se restringe a las técnicas o métodos que permiten obtener información de los objetos a partir de la radiación electromagnética que estos emiten o reflejan. Es necesario aplicar a este termino genérico las técnicas que analizan los datos obtenidos por sensores a bordo de plataformas aéreas o plataformas espaciales, desde la adquisición de datos de la superficie terrestre por parte del sensor, a partir de la radiación reflejada o emitida por dicha superficie, hasta su posterior recepción, corrección y distribución, así como a su tratamiento final por parte de expertos para la extracción de información útil en la que el usuario final, pueda apoyar su toma de decisiones.

La teledetección es posible gracias a plataformas de observación disponibles tanto aéreas (aviones, helicopteros, drones, globos) como espaciales (Satelites) y tambien gracias a los sensores que transportan estas plataformas.  Estos sensores se pueden clasificar en pasivos (cámaras, escaneres, etc) y activos (radar y lidar) en función de la radiación que registran. Los primeros se limitan a recoger la energía electromagnética reflejada o emitida por la superficie mientras que los segundos emiten una radiación hacia la superficie observada y recogen la energía reflejada por la misma.

El rol que tiene la teledetección en la agricultura de precisión es clave para el éxito de esta, ya que te permite obtener información que es imperceptibles al ojo humano, se puede aplicar sobre grandes extensiones de terrenos y se puede obtener información de manera periódica en el tiempo.

Estas tecnologías tienen como objetivo aumentar la productividad o la rentabilidad de la producción, optimizando los retornos a la vez que se minimizan los inputs, con la consiguiente reducción de los potenciales impactos medioambientales.